Rafael Yuste,
destacado neurocientífico español, autor de la obra ‘El cerebro, el teatro del
mundo’, es profesor de ciencias biológicas en la Universidad de Columbia (Nueva
York) y presidente de The Neurorights Foundation, una asociación que busca crear
un marco internacional para proteger el cerebro y su actividad, de manera que
su información sea considerada como datos privados e intocables.
El Prof. Yuste propone un verdadero cambio de paradigma. Su teoría concibe el cerebro como una máquina de predicción del futuro que utiliza las redes neuronales para generar un modelo del mundo como si fuese un prototipo de realidad virtual.
El argumento es que el cerebro genera un modelo de realidad virtual, que él llama ‘El teatro del mundo’. Es una teoría que se empieza a comprobar desde el trabajo de filósofos como Platón y Kant hasta de los literarios como puede ser Calderón de la Barca, quien tenía un libro que era ‘El gran teatro del mundo’.
Lo que quiere decir, es que el mundo en el que vivimos no es un mundo real, sino que es un mundo generado por el cerebro. Este cambio de paradigma puede abrir las puertas a entrar en el modelo del mundo de las personas y manipularlo, tal como ya ocurre con los animales. Por estos riesgos, el Prof. Yuste está involucrado en el tema de los Neuroderechos.
Por esta razón sostiene, que es imprescindible proteger la actividad cerebral como algo sacrosanto, como un santuario. No puedes tocar el cerebro de las personas a no ser que tengas una muy buena razón. El cerebro es el santuario de la mente, lo que nos define como personas. Todas las actividades mentales de las personas, sus pensamientos, memorias, emociones, decisiones, comportamiento, conciencia, personalidad, subconsciente... todo está almacenado en el cerebro.
Ahora bien, las neurotecnologías son dispositivos electrónicos como chips, ópticos, láseres, magnéticos o acústicos que pueden medir la actividad cerebral o cambiarla. En el futuro la neurotecnología tendrá una importancia vital en la medicina, en las enfermedades cerebrales que no tienen cura, como también se puede utilizar para aumentar las capacidades mentales y cognitivas de las personas.
Pero en el último año, ha habido ya varios grandes avances con el uso de la inteligencia artificial con dispositivos neurotecnológicos, lo que ha permitido conectar el cerebro a la red, y se ha podido decodificar, el lenguaje interno. Es decir, que se puede decodificar lo que estás pensando decir, y esto puede traer grandes riesgos sobre la privacidad mental.
La semana pasada (Sept.2024) el Estado californiano aprobó en su Parlamento, de una manera unánime, una ley de neuroderechos. Y ahora el Prof. Yuste está trabajando con distintos países y estados y organizaciones internacionales para promover esta agenda de protección de la actividad cerebral.
Asimismo lo han hecho con otros países como Chile, Brasil o el Estado de Colorado y California, y ahora busca que en España también se legisle en la protección de la actividad cerebral. El objetivo es que los datos neuronales de la gente estén protegidos como datos personales y altamente sensibles
.
Mediante una legislación que describa qué son los datos neuronales y aplique el máximo grado de protección se puede prevenir las consecuencias de una revolución de la neurotecnología. En efecto, las grandes compañías tecnologías tienen un modelo de negocio que tiene que ver con los algoritmos de redes neuronales, que son los que dan pie a la inteligencia artificial generativa.
Mediante una legislación que describa qué son los datos neuronales y aplique el máximo grado de protección se puede prevenir las consecuencias de una revolución de la neurotecnología. En efecto, las grandes compañías tecnologías tienen un modelo de negocio que tiene que ver con los algoritmos de redes neuronales, que son los que dan pie a la inteligencia artificial generativa.
El avance de ciencia a tecnología se está
acelerando, es lo que está ocurriendo en la neurociencia, y se están
aprovechando de este conocimiento. Por tal motivo, urge tomar medidas y
proteger la privacidad de la información mental antes que se supere la barrera
de la razón y el sentido común.
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